jueves, 9 de diciembre de 2010

No tengo un nombre con el que me conozca todo el mundo, así que...

...ante todo, presentación.

     ¡Saludos, Selamlar, Beannachtaí, Pozdrav, Groete, Cyfarchion, Hilsener, Tervitused y los otros veinte mil idiomas inútiles o ya extintos que conozco! Me llamo... bueno, se me ha llamado de cientos de maneras distintas a lo largo de mi vida, pero como agotaría la totalidad de este glorioso invento llamado Internet solo para decir mis apellidos, para proceder más rápidamente podéis utilizar nombre actual de España, y el que figura en mi DNI de este país, que viene a ser José Alberto Botija Sánchez. Actualmente vivo a caballo entre Quintanar de la Orden, provincia de  Toledo, pueblo con solera y abundancia donde los haya, y Madrid, la capital de esta monarquía constitucional de tan reciente formación.

     El propósito de este blog es muy sencillo. A lo largo de estas últimas décadas he sufrido una crisis físico-químico-intelectual que me ha hecho cuestionar la continuidad de mis andanzas por este nuestro Sistema Solar. Además, al caer la Unión Soviética caí en una gran depresión, ya que después de ser nombrado miembro honorario del КГБ por mis numerosos y distintos servicios para con el pueblo soviético y de haber sobrevivido a no menos de 215 intentos de asesinato, los distintos altos cargos de este organismo decidieron librarse de mí, por lo que me vi obligado a una tremenda huida a lomos de una avestruz cruzando toda la estepa mongola hasta Hothot. 

     Tras todo ello y distintos acontecimientos a los que referiré más adelante, acabé en una crisis que me hizo replantearme mi futuro. Es por ello por lo que me decidí por una nueva vida tranquila en un lugar dejado de la mano de Dios (el cual tenía que ser, obviamente, La Mancha). Ya con algunos años en mi nueva vida como estudiante de Comunicación Audiovisual, recordé una frase que me dijo en su día el varón de Münchhausen, uno de mis grandes ídolos: "Las grandes aventuras se viven peor si no son contadas". Es en ese momento cuando decidí contar la serie de los increíbles sucesos y aventuras que he vivido desde el día que llegué a este mundo, que es una cantidad de aventuras tal que no cabrían, ni juntas ni separadas, en un ejército de camiones transversales (los cuales, por cierto, yo inventé), y para ello decidí servirme de uno de los inventos que yo ayudé a crear y dar proyección internacional, la Internet.

     En resumen, lo que quiero es que el mundo disfrute de mis aventuras, de las que hay espantosas, alucinantes, espantosamente alucinantes, alucinantemente espantosas, esporádicas, increíbles horripilosas y creccionables. Debo avisar, no obstante, que debido a la increíble naturaleza de muchas de ellas, para qué nos vamos a engañar, de todas ellas, se prestan muy difícilmente a ser creídas, mas yo afirmo que son TOTAL Y ABSOLUTAMENTE CIERTAS con las mismas pruebas que los incrédulos que se den una vuelta por este pedacito de ciberespacio afirmarán que son falsas.

     Sin nada más que añadir, deseo despedirme por el momento y decir que volveré pronto con la primera de las historias que contaré a lo largo de la existencia de este blog. Ojo, sin ningún orden en especial, según me vaya acordando, que luego hay exquisitos que le buscan el realismo histórico a todo.

Muchas gracias

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